Así no

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Independiente fue apabullado por Vélez desde lo futbolístico y no pudo pisar el área de los de Villa Luro. Julián Velazquez se fue expulsado y Adrián Gabbarini evitó lo que pudo haber sido una goleada.

De arranque nomás y a los 30 segundos, Vélez salió a atacar e Independiente dejaba en claro que iba a correr riesgos planteando el partido de contragolpe. Fue a los dos minutos cuando Mareque corrió por la banda izquierda hacia el medio y dejó mal parado a los centrales de Vélez a pesar de que la acción luego quedaría anulada por un offside mal sancionado sobre Pacheco.

Los centrales de Vélez estaban lentos o mejor dicho fríos e Independiente le marcaba a Vélez que no lo iba a dejar venirse con todo.

Este planteo, apenas duró 10 minutos puesto a que si bien la segunda fue para Independiente luego de una falta a destiempo de Domínguez (si se trataba de Braña, por ejemplo, era amarilla. Igualmente no nos podemos quejar porque Silvera debió haberse ido expulsado en el 2do tiempo y Baldassi lo perdonó), llegaba el centro desde poco más de 30 metros y Silvera tenía la segunda cabeceando por arriba del arco.

Y eso fue todo, desde los seis minutos y hasta el final del primer tiempo, Vélez respondió con la velocidad por izquierda de Moralez, Martínez y hasta con las idas de Emiliano Papa quien ante la falta de presencia de Independiente en la mitad de cancha hacia adelante, avanzaba también como si fuese un volante por izquierda.

Vélez iba y empujaba, y el mediocampo ya no dejaba los espacios que había en los primeros minutos del partido para que Independiente saliese de contra.  El atacar con tanta gente, implicaba una dificultad a la hora de salir puesto a que había mucha presión en los tres cuartos de cancha.

El único que apenas hizo pie y le complico la tarea a los centrales y al mediocampo del la V azulada fue Federico Mancuello, quien de a ratos supo comprenderse con Battión, de corte y toque largo.

Así fue como a los 10 minutos, el volante por izquierda la tuvo debajo del arco y desperdició lo que pudo haber sido la apertura del marcador.

No iban 15 minutos y los locales se seguían viniendo. La velocidad de Juan Manuel Martínez, el enganche de Moralez y la potencia de Silva quien en los centros entraba al área como si fuera un caballo complicaron a Velazquez quien comenzaba a cargarse de infracciones junto a Tuzzio quien no cerraba y llegaba a destiempo.

Vélez generaba fútbol a espalda de los centrales y Garnero le pedí a Vallés quien tuvo de las peores noches en su vida, que no dejara a Moralez darse vuelta. Y eso fue lo que ocurrió durante todo el partido, sacando a relucir la chapa de Adrián Gabbarini.

El partido era todo de Vélez. Si bien Independiente luchaba en el mediocampo, las bandas no las tuvo nunca. A pesar de esto, la suerte seguía del lado de los de rojo y Silva desperdiciaba situaciones debajo de los 3 palos, incluso, sin arquero.

Martínez y Moralez abrían la cancha y el dominio era absoluto puesto a que se evitaba la generación de los contragolpes. Presencie entonces lo que para mi fueron los mejores primeros 15 minutos de todo el campeonato. Si bien me gustaron los de All Boys frente a Racing, Vélez dejaba en claro para que iba a estar.

El partido estaba empatado, apenas promediaba el primer tiempo y la platea Sur de Vélez ya gritaba el “Ole”. Los rojos seguían sin poder pasar la mitad del campo de juego y Vélez era un carnaval en la zona de Vallés.

No habíamos llegado a los 20 minutos y Gareca ya mandaba a calentar a Iván Bella y Jonathan Cristaldo. Garnero, por su parte, seguía intentando acomodar la defensa.

El juego rojo pasaba del mediocampo a Mancuello y el equipo, no tenía presencia al borde del área.  Los mismos plateístas de Vélez se daban cuenta que este podía llegar a ser un partido para Gracián.

Sin embargo, no lo fue. Mancuello se movía de izquierda hacia el centro buscando el pase y Pacheco estaba anulado. Silvera, por su parte, sin compañía y esperando el pelotazo teniendo en cuenta que el media punta no tenía espacios para recibir y dejarle la pelota limpia al Cuqui.

Independiente no perdía el miedo y seguía a falta de viveza buscando las jugadas de pizarrón en vez de pensar. Por dar un ejemplo, en el córner que aconteció a los 21 minutos, se buscó a Tuzzio con doble marca y no se observó que Pacheco estaba solo.

El partido pasaba por la izquierda para los dos, si bien Cubero perdió a Mancuello; por el lado de Vélez atacaban con mayor cantidad y claridad. Martínez rompía el doble 5 rojo y tenía mucha distancia para pensar qué hacer entre el medio campo y la línea de la defensa que esperaba ante la velocidad de los volantes y delanteros locales.

Mancuello seguía siendo lo único de Independiente y fue a los 30 minutos cuando tuvo la 3ra y última situación roja desde la banda izquierda y sin ángulo, controlada fácilmente por Barovero. Vélez, en cambio, ya lo había tenido por lo menos 3 veces con Silva de frente al arco, con Juan Manuel Martínez por la banda izquierda rematando tando desde dentro como fuera del área y con Agusto Fernández y Moralez que pasaban entre los defensores como si fueran conos.

Si bien Battión la recuperaba en el medio campo, la única forma de generarle peligro a un equipo que conoce a qué juega era mediante la sorpresa, algo que no ocurrió.

Como era de esperarse, el gol estaba al caer y así sucedió. Por izquierda, como también era de esperarse, corrida de Martínez, centro y cabezazo de Silva. Vallés cada pelota más complicado y Tuzzio sin relevar. Cristaldo que le acercó al tanque caramelos verdes y el festejo de los jugadores de Vélez que los revoleaban hacia la tribuna. 1-0 injusto. ¿Injusto? Sí, por como se dio el primer tiempo, los de Gareca merecían al menos un gol más.

Si bien Pacheco, un minuto más tarde tuvo una situación en la cual trastabilló, el empate estaba lejos. En el final del primer tiempo, Vélez ganaba bien y pedía más. Y si hablamos de pedir, los hinchas de Independiente pedían el cambio para Vallés. “¿Se dieron cuenta que hacía falta un 4?”, decían algunos. Muchachos, un 4 no hubiera cambiado el global, y menos si de Ibarra se tratase teniendo en cuenta la velocidad de Martínez.

Esperábamos la reacción para el segundo tiempo; sin embargo, esto nunca ocurrió. Cubero y Papa ya eran más ofensivos que defensivos ante la falta de presencia roja en campo velezano. Lo poco que generaba Battión desde la recuperación era opacado por Zapata quien ayudaba a Somoza en la recuperación.

Vallés no se complementaba con Cabrera y  Mareque que con el resultado adverso jugaba desde el primer minuto del segundo tiempo como si fuesen 40. El único contundente era Velázquez, sin embargo, estaba condicionado por la amonestación y terminó pegando una patada absurda e infantil desde atrás.

Independiente salió a jugar el segundo tiempo de manera más larga, buscando a los puntas, objetivo no logrado en el primer tiempo. Sin embargo, no se tomaron precauciones y el ir desprotegido significaba el caer derrumbado de un momento para el otro.

Fue a los 15 minutos, cuando Garnero mandó a llamar a Parra quien ya se encontraba intensificando trabajos desde los 5 del segundo tiempo. Este cambio, me mostró claramente que Garnero no tiene en claro a qué jugar ni cómo puesto a que el mismo jugador declaró al periodista que está escribiendo estas líneas que necesitaba más fútbol.

Igualmente, podemos tomar la decisión de Garnero como arriesgada a todo o nada teniendo en cuenta la historia del club o la necesidad de los primeros tres puntos para pelear el campeonato. Perdóneme señor lector, pero viendo como salió parado Independiente en el primer tiempo, rápidamente se derrumba su planteo.

Parra entraba entonces por Cabrera y Pellerano pasaba a la derecha. Por la izquierda, Mareque se adelantaría más aún de lo que estaba. Nada cambió y todo se vio agravado con la expulsión de Julián Velázquez producto de la falta de experiencia. Ni en el fútbol 5 me tiro de atrás cuando se me van en velocidad, clara falta. Reglamento y afuera.

La dupla central, volvería entonces a 2 viejos conocidos: Galeano y Tuzzio. Vélez seguía buscando la falta al borde del área para liquidarlo y Silvera, quien no entró al área con pelota dominada en todo el partido, optó por pegar patadas de atrás. Si era otro jugador, estaba afuera. Lo único que le agradezco a Baldassi, entonces, es poder contar con el 9 ante Argentinos. Puesto a que si hoy con 9 no tuvimos peso ofensivo no me quiero imaginar lo que hubiera sido sin él.

En Vélez Gareca no cerraba el resultado y seguía buscando peso ofensivo. Volante por Delantero: Cristaldo adentro. Moralez, de gran partido, afuera.
Gabbarini, seguía sacando chapa y le tapaba un mano a mano a Juan Manuel Martínez, figura del partido y quien luego se iba aplaudido por toda la cancha  al ser reemplazado por un juvenil proyecto velezano como lo es Álvarez.

Si bien Silvera no pisó el área, siempre debe estar, fue así como a los 41 se silenció el Amalfitani. La pelota le quedó en el borde derecho del área luego de que la defensa de Vélez y el medio campo quedasen mal parados y el Cuqui la colgó en las nubes. Era la 1ra del 9 en todo el partido.

Y así se fue la fría noche, con un Vélez a media máquina y un Independiente que reafirmó que las preocupaciones de Garnero en las prácticas no debían ser menospreciadas.  Le iba a quedar una a Parra sobre el descuento y Barovero estuvo a punto de cometerle penal, pero fue ameno, el ex Chacarita se firuleteó solo, quiso pasarla por arriba del arquero y ya era tarde.

Me quedo con las declaraciones de Silva una vez terminado el partido: “Traer jugadores no quiere decir que tengas un buen campeonato.” Si en vez de haber sido la primera fecha, hubiese sido la quinta, esto sería más preocupante de lo que es. Igualmente, Independiente demostró que en estas condiciones no está para pelear el campeonato. El técnico se adapta a lo que tiene y para colmo, le toca enfrentar a uno de los proyectos más sólidos del fútbol argentino. Todavía hay tiempo para trabajar y mejorar, esperemos que no se nos vuelva a pasar el tren…

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