El fin del sueño inalcanzable

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El deseo de pelear el último título internacional del año se terminó en la noche del miércoles. La victoria frente a Liga de Quito no fue suficiente para avanzar a los Cuartos de Final y el equipo de Ramón Díaz se despidió muy temprano de la Copa Sudamericana, esa que supo conquistar hace casi un año y que ya no lo tendrá entre los candidatos a campeón.

Muchas eran las expectativas a principios de 2011. El sueño de realzar a Independiente como Rey de Copas en forma oficial era una de las metas a lograr en este año, con cuatro competencias importantes por delante y una posibilidad histórica de recuperar el protagonismo perdido a nivel internacional. Lamentablemente, las cosas no salieron y esa fantasía se fue desintegrando ante los ojos de todos con el correr de los meses.

Todo comenzó en la tempranera eliminación del Rojo en la Copa Libertadores, de la cual se despidió en la primera ronda tras vencer únicamente a Peñarol, posterior subcampeón del certamen. Meses más tarde, el papelón histórico ante el Jubilo Iwata en la Suruga Bank comenzó a opacar el prestigio de un Independiente que no aprovechaba las situaciones concretas que le daba el destino. Finalmente, la derrota en la Recopa frente al Inter agotó la paciencia de los hinchas, que días después vieron la salida del entrenador por los malos resultados.

En ese contexto, la Copa Sudamericana era el único “premio consuelo” que podía ganar Independiente para no finalizar el año con las manos vacías, pero Liga de Quito fue el encargado de cortar esa ilusión de la misma forma que lo hizo siempre: fortaleciéndose de local y aguantando de visitante. El gran desorden dirigencial y la mala administración de un plantel numeroso influyeron negativamente en un equipo que sigue en la búsqueda de una identidad y que todavía tiene detalles que pulir.

El trabajo de Ramón Díaz se cumple al menos desde la actitud, ya que evidentemente sus dirigidos tuvieron la intención de revertir la historia ante los ecuatorianos. El estilo de juego del DT va tomando forma en medio de la improvisación por las lesiones y los malos rendimientos, aunque la falta de resultados no ayuda a salir de la crisis. Es así que el sueño de terminar el 2011 con una buena imagen se diluyó por completo, para dar paso a una etapa en la que sólo será importante sumar puntos de manera urgente para no sufrir en el futuro.

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