Balance 2018: la Copa Libertadores, la desilusión del año

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Independiente comenzó este año con el objetivo de hacer un buen papel en la Copa Libertadores de América. Tras haber ganado la Sudamericana y conformado un plantel competitivo, tenía una gran chance de hacer una buena labor en una competencia que no disputaba desde 2011. Un nivel irregular y groseros fallos arbitrales lo dejaron con las manos vacías.

El sorteo de la fase de grupos arrojó dos rivales fuertes como Corinthians y Millonarios, mientras que el adversario más débil del grupo parecía ser Deportivo Lara, de Venezuela. El rendimiento en los primeros tres partidos no fue el esperado, ya que el equipo no mostró el nivel futbolístico que exhibió durante 2017 y eso se vio reflejado en los resultados. Arrancó con dos derrotas y una victoria. En la caída 0-1 ante los brasileños se vio la primera mano del arbitraje: penal no cobrado y gol mal anulado que hubiera valido el empate.

La suerte del equipo fue otra en los siguientes encuentros. Obtuvo una importante victoria en Brasil y un empate agónico en Colombia. Nuevamente los árbitros tuvieron su parte con un gol mal anulado en cada partido, los cuales hubieran clasificado a Independiente en Bogotá. Fue así como las chances de pasar a octavos dependían de una victoria frente al Deportivo Lara y fue allí donde el equipo demostró carácter y fútbol para llevarse un 2-0 que lo depositó en los octavos de final de la Libertadores, luego de 23 años sin llegar a esta instancia.

El próximo rival sería el Santos de Brasil, uno de los más grandes del país vecino que no atravesaba su mejor momento en el campeonato local. La serie fue muy pareja, al punto de que ambos partidos resultaron en empates sin goles, aunque la mala inclusión de Carlos Sánchez por parte del Peixe hizo que la Conmebol le diera el partido de ida ganado a Independiente por 3 a 0. El árbitro Julio Bascuñán no cobró un grosero penal contra Maximiliano Meza en el Pacaembú, aunque sí sancionó otro que atajó el arquero.

El equipo de Ariel Holan volvía a disputar los cuartos de final de esta competencia, luego de 28 años sin lograrlo. River resultó ser el adversario del Rojo para esta instancia y esto dejaba a las claras lo difícil y pareja que sería la serie. En Avellaneda, se vio una gran actuación de ambos equipos, pero la falta de puntería y las grandes actuaciones de los arqueros hicieron que ninguno pudiera concretar las chances que se le presentaron. Todo terminó en un nuevo 0 a 0.

En el Monumental fue derrota por 3 a 1 y el equipo se vio perjudicado por el mal arbitraje de Anderson Daronco. Cuando el encuentro iba 0-0, el brasileño no cobró un claro penal para el Rojo y no expulsó a Javier Pinola, decisiones que hubiesen cambiado el rumbo del partido. Por medio de contrataques letales, el conjunto de Núñez logro la clasificación.

La participación de Independiente en esta competencia fue positiva desde los números. A pesar de no lograr el objetivo de alzarse con ella, pudo meterse entre los ocho mejores de América después de muchos años. El nivel futbolístico de los jugadores no fue el mismo que en la Sudamericana obtenida y la muestra de carácter terminó siendo lo más rescatable. Los errores arbitrales fueron determinantes para la suerte del Rey de Copas.

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