Nicolás Freire llegó a Independiente este año recuperándose de una larga lesión, por eso jugó poco y su futuro hoy es una incógnita.
Vino en una situación particular: plena recuperación por una rotura del ligamento cruzado que sufrió en el 2024 en el Inter Miami. Firmó su contrato por un año, pero su temporada recién comenzó en marzo, cuando recibió el alta médica y volvió a entrenar a la par del plantel.
Esa demora marcó toda su estadía en el club. Cuando estuvo disponible, la dupla Kevin Lomónaco y Sebastián Valdéz estaba muy firme y fue alternativa en la zaga, pero nunca logró consolidarse como una pieza fija.
Al comienzo generó ciertas dudas, pero con el correr de los encuentros mostró voluntad, cierto orden defensivo y algunos buenos pasajes, pero siempre con el mismo problema: sin continuidad. En octubre sufrió una lesión muscular que volvió a frenarlo en el cierre de la temporada.
Su 2025 se resume en 13 partidos jugados, 1 gol y 822 minutos en cancha. Un año condicionado por la recuperación y sin la regularidad que esperaba el club. Su vínculo se vence el 31 de diciembre, pero está en conversaciones para renovar, hay que ver cómo termina esa negociación.
