Una película de terror

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Una vez más, Independiente dejó pasar una chance clarísima de sumar de a tres en su estadio y, obviamente, quedó más que complicado con el descenso al dejar nuevamente puntos en el camino. El equipo no puede despegarse del fondo de la tabla de promedios y la lucha por evitar la Promoción parece no tener fin. Esta vez, el verdugo fue San Lorenzo, quien se vio superado en gran parte del partido pero aún así supo jugar con la desesperación de los dirigidos por Mohamed, pudiendo llevarse el triunfo tranquilamente.

Ganar se hace cada vez más difícil para Independiente, ya sea de local o de visitante. Sin dudas, lo que llama la atención es que, una vez más, el equipo arrancó ganando merecidamente y no pudo sostenerlo. Es importante destacar este hecho porque, en lo que va del Clausura, es la quinta vez que el rival remonta fácilmente un resultado adverso ante la tibieza defensiva del Rojo. Si bien se jugó un partido aceptable y la actitud para conseguir la victoria estuvo presente en todo momento, la suerte fue la misma que en partidos anteriores y nuevamente se perdieron puntos clave.

La desesperación es cada vez mayor en los hinchas, quienes insultaron al cuerpo técnico, a los jugadores y a la comisión directiva. Por tal motivo, es difícil de comprender que los miembros que integran esas tres partes en cuestión no tomen la situación como lo que es: una película de terror, que asusta cada vez más cuando se ven partidos como éste, donde Independiente merece ampliamente ganar el encuentro y lo termina perdiendo (empatando) por un error propio que no puede corregir.

Más allá de todo, se vio buen juego y buen fútbol en el primer tiempo, con un Fredes inspirado que pidió la pelota en todo momento, incluso intentando recuperarla cuando la perdía. El desequilibrio de Patito Rodríguez fue clave para manejar el partido, generar situaciones de gol e inquietar cada vez más a Migliore, quien finalmente fue vencido por Facundo Parra tras una gran maniobra individual de Eduardo Tuzzio. Lamentablemente, esa superioridad no se pudo sostener en el complemento, cuando San Lorenzo arrancó con todo para llegar al empate que consiguió a través de Salgueiro (sí, otra vez el uruguayo…) luego de un grave error de Galeano.

Realmente la suerte no estuvo del lado de Independiente, y eso preocupa muchísimo. Buscó por todos los medios quedarse con la victoria en el segundo tiempo pero no tuvo ideas claras para hacerlo. Incluso pudo haberse quedado con las manos vacías de no ser por la gran actuación de Hilario Navarro. En ese contexto, una derrota hubiese sido más que catastrófica para este presente que se oscurece fecha tras fecha al no obtener los resultados esperados.

Claro está que sobra actitud, pero falta personalidad. Hay equipo, pero falta funcionamiento. Hay oportunidades de evitar el descenso, pero no se están aprovechando. El panorama no es alentador si se tiene en cuenta que el próximo rival es Olimpo, que viene en levantada y que puede dejar a Independiente en zona de Promoción si lo supera en Bahía Blanca. Dependerá exclusivamente del técnico y de los jugadores tomar conciencia, dejar de lado los caprichos y comprometerse con la situación para despertarse de esta pesadilla de una vez por todas.

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