Desconfianza y desconexión

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El mal momento de Independiente se extendió una fecha más. Con la moral por el piso y el ánimo a la misma altura, el equipo de Ramón Díaz no encontró la forma de superar a Colón, que con un planteo compacto y con una gran cuota de oportunismo le alcanzó para llevarse una victoria del Libertadores de América en el primer partido de la fecha.

Una vez más se vio la poca conexión entre los jugadores de Independiente. En el mediocampo, la voluntad de Pellerano, uno de los pocos que intentó jugar, y la intermitencia de Delmonte, quien por momentos pareció perdido, cedieron a Colón la iniciativa del encuentro mientras el Rojo buscaba hilvanar tres pases seguidos. Sumado a esto, ni Ferreyra ni Vélez supieron ser la salida o descarga que tanto necesitaba el equipo.

Por otra parte, claramente los delanteros no confían en sus condiciones. Con Facundo Parra y Marco Pérez muy aislados y erráticos, las situaciones de gol fueron pocas; tal es así, que las jugadas más peligrosas a favor de Independiente las generó Cristian Pellerano con tres disparos de media distancia, aunque Parra también se las ingenió para sacar un remate que pasó muy cerca del palo izquierdo del arquero Pozo. De cualquier manera, todo eso termina siendo poco para un equipo que confía muy poco en sí mismo, que perdió tres partidos sobre siete jugados y que necesita ganar de manera urgente.

La defensa tuvo sus altibajos. La vuelta de Julián Velázquez fue más que importante para Independiente, ya que el juvenil se entendió con sus compañeros y aportó lo suyo en todos los sectores de la cancha, mostrando un gran compromiso y amor propio. En tanto, Tuzzio y Milito empezaron desconectados entre sí, aunque lograron ser salida limpia y no dejar sólo a Fabián Assmann, que a pesar de no pasar mayores sobresaltos se encontró repentinamente con Federico Higuaín delante suyo y no pudo evitar el gol del delantero.

Poco se puede decir de Ramón Díaz, quien lleva menos de una semana en Independiente y debió trabajar rápidamente para enfrentar a Colón. Sin embargo, pese a no haber modificado sustancialmente el esquema de juego, los cambios del entrenador mejoraron levemente el juego del Rojo y arrinconaron al visitante en el segundo tiempo, aunque no alcanzó para llegar al empate.

Sin dudas, la gran tarea del nuevo técnico será mejorar la parte anímica en primera instancia. La poca confianza entre los jugadores hace que no haya convicción para salir a buscar los partidos, y el mal rendimiento aparece sin que nadie lo llame por la desconexión entre defensores, mediocampistas y delanteros. Todavía hay tiempo para mejorar, pero lo ideal sería lograrlo en el menor tiempo posible.

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