Independiente le ganó 2-1 a Belgrano en el Libertadores de América. Leonardo Sequeira de penal puso en ventaja al visitante, pero Emanuel Brítez y Braian Romero lo dieron vuelta. Un partidazo que tuvo dos expulsiones, dos penales errados y mucho sufrimiento a pesar del buen juego. Nicolás Domingo, la gran figura.
El equipo de Ariel Holan logró un triunfazo de local ante un Pirata que salió a no jugar. Si bien fue claro dominador con muchos pasajes de buen fútbol, sufrió más de la cuenta por errores propios. El primero: la puntería. Tuvo las más claras y dos penales a favor, pero le costó horrores vencer a un César Rigamonti que tuvo una gran tarde y -hay que decirlo- un poco de suerte.
De entrada el Rojo mostró la intensidad que lo viene caracterizando de local, a tal punto que parecía que podría definir el partido sin problemas. Fernando Gaibor se lució con dos asistencias que Emmanuel Gigliotti no pudo convertir en gol y luego el Puma erró otra más tras una combinación con Domingo y Silvio Romero. Los goles fallados en un arco, se pagaron en otro: a la media hora de partido, Brítez se llevó puesto a Sebastián Luna, Germán Delfino cobró penal y Sequeira marcó el 1-0 desde los doce pasos.
Un resultado injusto y sorpresivo por lo que habían mostrado los dos equipos. Pero no era el único volantazo inesperado que iba a pegar el partido. El protagonismo pasó al árbitro. Juan Quiroga trabó fuerte abajo con Pablo Hernández y Delfino no dudó en expulsarlo. Y al rato, el juez entendió que Maximiliano Meza lo insultó y por eso le mostró la roja a él también.
Ya había pasado demasiado por ser sólo el primer tiempo y el ambiente estaba terriblemente caldeado. Pero todavía faltaba algo más. Sobre la hora, Independiente consiguió de pelota parada el premio que no encontró mediante el juego: Brítez capturó un rebote a la salida de un córner, dio media vuelta y estampó el merecido 1-1. Nicolás Figal se destacó con un notable amague y posterior gambeta en la misma jugada.
En el complemento, Holan metió mano y mandó a la cancha a Braian Romero por Juan Sánchez Miño. Y el ex Argentinos Juniors no tardó en cumplir, con ayuda del juez de línea. Pasado el primer cuarto de hora, Fabricio Bustos apareció habilitado por derecha y asistió para el gol de Braian, que definió en offside. El partido pasó a ser todo del Rojo, que en cada subida amenazaba con lastimar. Domingo se multiplicó en la cancha y fue la gran figura y sostén del equipo: bajó a defender para completar la línea de cuatro, cortó y anticipó en el mediocampo, relevó a los extremos y se animó a sumarse al ataque más de una vez.
Tuvo dos chances más el local, pero la maldición de los penales volvió a aparecer. Delfino cobró dos, uno por mano de Miguel Martínez y otro por una dura falta de Adrián Balboa sobre Guillermo Burdisso. ¡Y el Rojo erró los dos! Primero Rigamonti le atajó el remate a Silvio Romero (quien minutos más tarde reventó el travesaño) y después Gigliotti estrelló su remate en el palo.
Por fortuna, esta vez no se pagó caro la ineficacia y el Rey de Copas logró un triunfazo que lo mete de lleno en la pelea por el título.
Los comentarios del Profesor, están bien porque lo más importante es que se ganó y la verdad que nunca sentí que estuviera en riesgo el trámite del partido como en otros. En este aspecto un gra avance.
Ahora no creo que sea tan así que los penales son circunstancias, la realidad que si nosotros hubiéramos metido más goles de penal tendríamos más puntos porque muchos partidos los empatamos. O sea que es algo que hay que corregir.
Vamos Rojo!!!