¡Para el infarto!

0

Independiente ganó un partido de película en el Libertadores de América. Bajo una lluvia intensa, el equipo de Jorge Almirón goleó 5-3 a Quilmes en un encuentro que tuvo de todo: penales, golazos, lesiones, un empate inesperado y una dramática definición sobre la hora. Un doblete de Diego Rodríguez (desde los doce pasos), otro de Claudio Riaño y un tanto de Federico Mancuello le dieron el triunfo al Rojo ante el Cervecero, que festejó transitoriamente gracias a Brian Sarmiento, Gonzalo Klusener (también de penal) y Jonathan Zacaría.

Casi como de costumbre, Independiente tuvo más la pelota en los primeros minutos sin ser demasiado profundo. El mediocampo, con Bellocq a la cabeza, no terminaba de afirmarse en cancha y todo parecía indicar que un contragolpe rápido de Quilmes dejaría muy mal parada a la defensa roja. Y así fue. A los 9 minutos, Sarmiento apareció habilitado sin marca por derecha y no le tuvo piedad al Ruso Rodríguez. Remate a quemarropa y 1-0.

El gol pareció despertar al equipo de Almirón, que rápidamente fue en busca del empate, aunque sin mucha claridad. Sin embargo, la insistencia dio resultado casi de casualidad, ya que a los 23′, una jugada confusa terminó en un patadón a Juan Martín Lucero dentro del área. El árbitro Fernando Echenique consultó con el juez de línea y marcó penal, Rodríguez cruzó la cancha para hacerse cargo del tiro y empató el partido con una soberbia ejecución.

Independiente aprovechó el envión del 1-1 y siguió acercándose al arco rival con más voluntad que fútbol. Gabriel Vallés y Lucas Villalba aportaban poco por las bandas en un esquema que parece ser complicado para ellos. Fue así como, para el complemento, el DT sacó al lateral derecho y al golpeado Lucero y mandó a la cancha a Matías Pisano y Francisco Pizzini, quienes terminaron siendo determinantes una vez más.

La presencia de Pisano fue clave a tal punto que, en su primera intervención encarando por derecha, le cometieron penal. Otra vez apareció el Ruso para acomodar la pelota y fusilar a Dulcich desde los doce pasos, anotando el 2-1 a los 7 minutos. No conforme con eso, el Rojo aumentó la diferencia a partir de otra maniobra del ex Chacarita. Fue a los 14′: Pisano remató desde lejos, el arquero respondió y Riaño estuvo atento para capturar el rebote y poner el 3-1.

La lluvia no paraba de caer en el césped del Libertadores de América y el escenario parecía anticipar un triunfo cómodo para Independiente. Parecía, porque en una jugada aislada, Cristian Tula cometió un penal infantil y le dio la chance a Klusener de descontar a los 18 minutos. Momentos después, el defensor se lastimó el hombro cuando ya no quedaban cambios disponibles y debió pasar a jugar de delantero. Desorden táctico total y desconcierto ante un Quilmes que crecía, avanzaba y llenaba el área de centros. En ese panorama complicado, llegó un baldazo de agua fría a los 40′: Zacaría estampó el increíble 3-3 en uno de los tantos córners que tuvo el Cervecero.

Al Rojo se le escapaba un triunfo de manera insólita, como sucedió muchas veces. Sin embargo, con notable hombría y convicción, fue a recuperar los tres puntos en el final. Y lo consiguió. Tras un tiro de esquina desde la izquierda, Riaño se vistió de héroe a los 45 minutos con un golazo de media chilena que desató la locura en todo el estadio. Ya con el triunfo bajo el brazo, llegó el broche de oro ¡a los 47!: el Rolfi se asoció con Pisano y habilitó a Mancuello, quien eludió a Dulcich y sentenció el 5-3.

Ni al mejor guionista de cine se le habría ocurrido un final semejante. Independiente se aferró a la victoria en un partido memorable y lleno de emociones. Pasó de la alegría a la decepción, y de la decepción a la euforia. El equipo de Almirón, que todavía debe mejorar muchísimo, quedó a un punto del líder River, al que debe visitar la próxima semana en el Monumental. Sin gustar y sin convencer, el Rojo pelea el campeonato y se ilusiona.

DEJA UNA RESPUESTA

Please enter your comment!
Please enter your name here