Cristian Díaz: “No fui un desastre como muchos intentaron hacer creer”

Cristian Díaz, entrenador de Olimpo que volverá al Libertadores de América luego de casi cuatro años, habló del descenso de Independiente y contó algunas intimidades de su mandato en el Rojo. Además, entendió que la política nacional influyó en la pérdida de la categoría.

“Del descenso, me toca solo la porción de 21 partidos en Primera, donde saqué el 42% de los puntos. Mi proyecto se aceleró por un no proyecto de la dirigencia, en la que creí como tantos y el resultado no fue el deseado. Me agarró con 35 años. Me equivoqué, tuve 10 partidos buenos, 10 malos y el día que consideré que debía irme, me fui. La gente no me puteó a mí, pidió a Gallego. Y me fui caminando por el playón con mi bolso, con la tranquilidad de haber trabajado muchísimo. Acerté y me equivoqué como todos. Pero cuando me fui había un año por delante y los futbolistas me dijeron que querían que siguiera. No voy a cargarle las tintas a nadie, pero sé que hubo gente después que intentó ensuciar a los de antes. Ojalá hubiera tenido yo la economía y contactos con el fútbol para conseguir lo mejor para el equipo. Pero eso no me tocaba a mí. En el fútbol lo más fácil es hablar, y yo mucho tiempo callé y soporté muchas cosas que debería haber dicho. Traté de eludir el tema las pocas veces que me preguntaron. Sí, en algún momento me sentí el idealista con posibilidad de cambiar todo y terminé siendo un boludo que no pude cambiar nada”, manifestó en diálogo con La Visera por Radio Gama.

Luego, prosiguió con sus recuerdos y se refirió al ex presidente del club, Javier Cantero: “No fui un desastre como muchos intentaron hacer creer. A la luz de los hechos, ves que esa gestión muchas cosas no las hizo bien. Yo pensé en Scocco y un dirigente me dijo que estaba roto. Vino y ayudó a que Newell’s sea campeón. En Independiente hubo muchos años de cosas mal hechas, donde mucha gente de saco y corbata probablemente hoy viva mucho mejor que antes de ser dirigente de Independiente”.

Al ser consultado por el mercado de pases de junio 2012, el DT dio su versión de los hechos: “Pedí dos centrales, Tula era una alternativa y fue el refuerzo. Las primeras opciones eran Victorino y el Tano Ortiz. En cuanto al lateral derecho había otras opciones y llegó Russo por orden del presidente. Con Morel hablé yo, porque era un jugador de experiencia y podía dos posiciones.Había pensado en Tagliafico, no se pudo dar. En lo ofensivo yo quería a Pavone, Scocco o Ismael Blanco, que fue a Lanús. Leguizamón no era el primero de la lista y terminó llegando, su falta de pretemporada lo perjudicó. Había pensado en Guiñazú, pero vino Víctor Zapata. La dirigencia quería traer a Mario Bolatti, yo propuse a Fabián Vargas, y se tuvo que esperar a un tema familiar para que venga y vino tarde, sin pretemporada”.

“Con el gobierno anterior apareció el Fútbol Para Todos y se generó un consumo de fútbol mucho mayor. Justo en ese momento, el distraer permanentemente era la idea. Y coincide que hay dos grandes que se van al descenso, cuando la historia del fútbol data de muchos años. Es solo una reflexión de alguien ignorante”, deslizó en cuanto a la relación entre el descenso de Independiente y el kirchnerismo.

Por último, expresó lo que generó el descenso del Rojo en él. “La herida del 2012 cuando me fui de Independiente no cerrará nunca. Tuve problemas económicos y familiares. Antes era más contestatario, hoy más reflexivo. No piso más el palito. En la calle, siempre he tenido muestras de cariño. A Independiente nunca lo dejé de querer. El que me puteó en la cancha lo hizo porque quería que Independiente ganase. Yo nací, trascurro y moriré siendo hincha de mi club”, cerró.