Independiente venció 4-1, como local, al conjunto peruano en el partido de ida de la primera fase de la Copa Sudamericana. En LocoXelRojo repasamos las claves de la victoria.
- Marcada superioridad de principio a fin: se sabía que el equipo de Perú, debutante en torneos internacionales y con apenas nueve años de historia, era una institución de menor nivel en comparación a los pergaminos y la grandeza de un club como Independiente. Pero esto había que reflejarlo en la cancha, algo que le suele costar al Rojo en ciertas oportunidades. El ritmo del partido lo manejó siempre el Rey de Copas y Binacional solamente atinó a replegarse en su área.
- Intensidad y eficacia: se volvió a ver destellos de ese Rojo dinámico del 2017. No por algo Ariel Holan dijo que este es el equipo que quiere ver. Buen manejo de pelota, asociación entre sus jugadores, compromiso para la rápida recuperación de la pelota y gran cantidad de situaciones claras de gol, que fueron concretadas (algo que tampoco sucede a menudo).
- Individualidades recuperadas y puntos altos: casi todos los jugadores tuvieron un buen rendimiento, pero hay que destacar el momento de Emanuel Brítez, que había sido el destacado ante Vélez y ahora repitió y hasta convirtiendo un gol. Juan Sánchez Miño sigue confirmando que es el dueño del sector izquierdo de la defensa, formando un buen tándem con Cecilio Domínguez. Pablo Hernández manejó los hilos en el medio, tanto con pases filtrados como calmando la jugada cuando correspondía, junto con Pablo Pérez. Silvio Romero volvió a convertir y tuvo la confianza suficiente para picar un penal.
- Tranquilidad para la vuelta: bien por el Rojo en mantener la voracidad para marcar más goles (aunque pudieron ser más) y lograr un resultado abultado que transmite calma para lo que será la vuelta en la altura de Perú.
- El error de siempre: la única mancha del partido fue sobre el final. Otro error y pérdida de pelota en zona defensiva, esta vez por parte de Brítez en el área, que en vez de despejar quiso salir por la línea y le robaron la pelota, lo que generó el centro y el descuento del rival.
