Cristian Tula analizó el rendimiento de Independiente en el Clásico de Avellaneda y reconoció que el equipo deberá mejorar si quiere seguir sumando de a tres. Además, habló del estilo de juego del entrenador y contó cuáles fueron las mayores complicaciones ante Racing.
“Este partido fue diferente. Uno puede festejar porque sabe lo importante que es para todos, pero sabemos que jugando así seguramente los resultados no van a ser los más favorables”, se sinceró el defensor en diálogo con América and Closs. En la misma línea, afirmó que el DT les remarcó los errores en la práctica: “(Almirón) nos dijo que hay que mejorar muchas cosas. Esta no es la manera en la que él quiere que el equipo juegue. Tenemos que ser inteligentes y no dejarnos llevar solamente por el resultado”.
Por otro lado, Tula se refirió a los problemas que tuvo el equipo al enfrentar a Racing: “Hablé con Seba (Penco) y con Matías (Pisano) para que trataran que la pelota no volviera tan rápido. Entendíamos que ellos también estaban ahogados, pero a nosotros nos llovían centros de todos lados y no nos podíamos recuperar tan rápido”. Además, agregó que la idea era “tener la pelota y lastimar, porque tampoco sirve ese toquecito de baby fútbol y que te la choreen y vuelva otra vez”.
Sobre los constantes cambios de Almirón en la previa de cada partido, el defensor consideró que el plantel debe acostumbrarse y ponerse a punto: “Tenemos que estar todos preparados porque está demostrado que pone lo que mejor ve. Si hay algo que no se entiende, él es abierto como para que podamos discutir”. Al respecto, agregó que entre todos intentan respaldarse cuando no son tenidos en cuenta: “Uno siempre quiere estar, hay que tener paciencia. La única forma es entrenar y demostrar que el técnico está equivocado. Hay que tratar de calmar a un compañero en esa situación y tratar de revertirlo”.
En otro orden, Tula contó cómo fue la semana anterior a recibir a Racing: “El técnico empezó a inculcarnos la importancia que tenía el Clásico y que de ganar iba a ser un envión anímico para lo que viene y para lo que queremos llegar. Estábamos mentalizados en había que ganarlo”. Finalmente, dio su versión sobre la polémica jugada en la que debió ver la tarjeta roja por un codazo a Ricardo Centurión: “Si Rapallini me hubiera expulsado yo lo hubiera aceptado, pero no fui con mala intención. Ese pibe es una liebre y cuando vi que me la tiró larga lo quise frenar, pero no lo lastimé. Apenas me saca la tarjeta pido disculpas enseguida”.
