Se rompió el esquema (Columna de Opinión)

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Se rompió el esquema (Columna de Opinión de Denis Fabricatore)

¿Quién no habrá soltado alguna vez la frase del título en un mal momento personal?. “Uy, se me rompió el esquema”, suele decirse cuando a uno le pasa algo que no estaba en los planes, o bien cuando se rompe con una estructura. Ambas cosas sucedieron el pasado sábado, cuando Independiente perdió frente a Racing después de seis años en forma inesperada y volvió a ser el mismo de antes al desarmar su idea de juego.

Después de un arranque con muchas ganas, la situación hacía prever que una vez más el Rojo se iba a quedar con el clásico o que, al menos, no iba a perderlo. El buen manejo de pelota en mitad de cancha hacia delante hizo crecer a Independiente en los primeros minutos al contar con situaciones claras de gol. Racing empezó con muchos nervios y no podía pensar con claridad para soportar el avance del visitante. Lamentablemente, éste buen panorama sólo duró un cuarto de hora…

La Academia se despertó rápido y aprovechó los espacios cedidos por Independiente para empezar a atacar, logrando así hacerse dueño total del partido. Desde ese momento hasta el final, Racing fue el único equipo en cancha. Los delanteros se acercaron cada vez más al arco de Fabián Assmann hasta que lograron vencerlo: primero Hauche y luego Teófilo Gutiérrez fueron los encargados de darle al local una merecida victoria, esa que se le había negado durante 11 partidos.

Independiente, por su parte, careció de ideas y de fútbol para reponerse del duro golpe del primer tiempo. La defensa se cansó de repartir invitaciones de ataque al tridente ofensivo de Racing, que tuvo mucha facilidad para moverse en el campo rojo al no tener enfrente un mediocampo rival sólido. Arriba, el Patito y Silvera estuvieron muy estáticos y poco participativos. A su vez, cabe destacar que el Turco Mohamed realizó cambios que ayudaron poco y nada a cambiar la historia, y volvió a quedar en la cuerda floja al perder el clásico.

Esa identidad futbolística que se había encontrado en los últimos partidos desapareció completamente, sembrando dudas en torno a la definición de un equipo y una estrategia. El esquema propuesto por el técnico frente a Liga, Peñarol y Godoy Cruz había dado resultado, y se reflejaba tanto en el buen funcionamiento dentro de la cancha como en la actitud de los jugadores. Ese mismo esquema se rompió en la tarde del sábado, quizás no desde lo táctico, pero sí desde lo anímico. Como si esto fuera poco, el rendimiento físico no dejó de ser el punto flojo del plantel.

Lo único bueno y rescatable de Independiente fue el nivel superlativo de Fabián Assmann. Una vez más el arquero fue figura del equipo, lo que deja en evidencia la gran cantidad de veces que Racing lo atacó con peligro. De no haber sido por sus intervenciones, seguramente la diferencia en el marcador hubiese sido más abultada y vergonzosa.

Parece ya muy lejano el triunfo frente a los mendocinos por 3 a 0 hace apenas una fecha, con un Independiente salvado de todo y soñando con pelear arriba. Esa estructura también se quebró, ya que la realidad vuelve a mostrar problemas con los promedios y una crisis de identidad en el plantel. Por lo pronto, el Rojo deberá pensar seriamente en cambiar su imagen el próximo sábado ante All Boys y recuperarse de una vez por todas del gran bajón anímico que no le permite lograr regularidad. El hincha no olvidará con

facilidad el mal trago del clásico, y sólo una victoria lo hará volver a creer en este equipo.

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