Campeón con ocho jugadores: a 43 años de la hazaña en Córdoba

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Hoy se cumplen 45 años de la mayor hazaña en la historia del fútbol argentino. Independiente se consagró campeón del Nacional 1977 ante Talleres en Córdoba, con ocho jugadores y en un partido donde fue groseramente perjudicado.

La primera final se había jugado el 21 de enero de 1978 en Avellaneda y terminó en empate 1-1. El resultado parecía favorable para la T, ya que en caso de igualdad de goles y puntos tenían la ventaja del gol de visitante. Pero nunca se iban a imaginar lo que pasaría cuatro días más tarde…

El 25 de enero llegó la revancha. El mismo día en que Ricardo Bochini cumplía 24 años. El Rojo comenzó ganando con gol de Norberto Outes, pero a los 15′ del segundo tiempo, el árbitro Barreiro cobró un dudoso penal a favor de Talleres, que convirtió Ricardo Cherini. 14 minutos más tarde, Ángel Bocanelli metió un puñetazo para marcar el 2-1 y motivó la protesta de todo Independiente.

No conforme con convalidar un gol ilícito, el árbitro comenzó a hacer desfilar las tarjetas rojas ante los jugadores que le reclamaban. El primer expulsado fue el capitán Rubén Galván, luego siguió Omar Larrosa y finalmente echó a Enzo Trossero. En la tribuna, la gente del Rojo explotaba de la bronca.

 

Independiente se había quedado con apenas ocho jugadores y todo estaba servido para que Talleres ganara el título en su casa. Pero a cinco minutos del final, llegó una hazaña impensada que tuvo como protagonista al cumpleañero, al 10, al mejor jugador de la historia del Rey de Copas. Una pared con Daniel Bertoni y Mariano Biondi terminó en una gran definición de Bochini para estampar el 2-2 que le dio el campeonato al Rojo.

En palabras del Bocha: “Pagnanini me dejó la pelota en el medio de la cancha. Gambeteé a uno, se la toqué a Bertoni. Se la dio a Biondi, le salió Guibaudo, el arquero de ellos, y Biondi hizo una gambeta larga para sí mismo, levantó la cabeza, me vio y me la tiró. Yo venía a la carrera y como había dos jugadores de ellos tapando el arco, le pegué bien arriba. Entró ahí nomás, apenas debajo del travesaño”.

De visitante, con tres jugadores menos, con todo en contra, Independiente gritó campeón y construyó la mayor hazaña en la historia de nuestro fútbol.

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