Independiente quedó descalificado de la Copa Sudamericana. El plantel profesional y su entrenador Julio Vaccari se mantuvieron en silencio.
Bastante tibia fue la defensa de los jugadores del Rojo y de su entrenador, para no decir nula. Comparado a lo que se vio del otro lado de la cordillera, donde varios referentes de la Universidad de Chile y su técnico Gustavo Álvarez se inmolaron por la causa. Incluso hasta declarando en el Tribunal de la Conmebol.
Felipe Loyola y Pablo Galdames, ambos chilenos, inmediatamente repudiaron los hechos de violencia que se vivieron en Avellaneda, pero sin tomar partido por nadie. Les costó recibir amenazas los días posteriores, pero aún así, prefirieron callar.
Rodrigo Rey, capitán y referente, tras el partido con Instituto habló con la prensa, pero solo se dedicó a describir su versión de los hechos y pedir que no suceda nunca más. Por el lado de Vaccari, apenas dijo que no estaba preparado para hablar del tema y que solamente tenía que hacerse cargo de la parte futbolística.
En off y puertas adentro, varios jugadores aseguran que desde la Comisión Directiva y el área de legales les pidieron que no hablen sobre el tema. En la previa puede ser válido, pero pasaron horas ya del fallo y todavía siguen sin expresarse.
Calladitos, sumisos y sin involucrarse no se consiguen las cosas. Si algunos no se revelan dentro del campo de juego, poco se puede esperar que lo hagan fuera. Después para subir posteos, historias y reels en las redes sociales del club o las suyas, se anotan todos.
A Independiente lo tienen que defender dentro y fuera de la cancha.